La formación en arquitectura

El futuro ya está aquí

Los estudios de arquitectura han experimentado una constante evolución desde el comienzo de la era postindustrial. En tiempos preindustriales existían los «maestros de obra», expertos en la construcción de la limitada tipología de edificios de la época.  Sin embargo, las eras industrial y postindustrial supusieron un cambio radical. La tecnología hizo su aparición y comenzó la primera fase de la globalización. Aparecieron nuevas ideas, y los métodos y los materiales se hicieron más accesibles, lo que trajo consigo un aumento extraordinario de la gama de tipos de edificios. El siglo XX dio lugar a un sinfín de manifiestos innovadores y surgieron numerosas escuelas de pensamiento, como la Bauhaus, con el modernismo clásico a la cabeza.

Añadamos a todo esto nuestra actual aventura con las TIC, el software paramétrico, la inteligencia artificial, el Internet de las cosas y todas las herramientas digitales aparecidas en los últimos tiempos. Efectivamente, el contexto ha cambiado. Lo que somos, lo que hacemos, lo que hemos logrado con recursos limitados, todo ello condiciona cómo debemos comportarnos, pero lo que la arquitectura tiene que ofrecer, la variedad de escalas en las que opera, los diferentes climas que debe tener en cuenta, la actualización de la cultura a la que debe adaptarse, todo esto sigue siendo básicamente lo mismo.

Es evidente que los debates y las discusiones acerca del futuro de la profesión y, por tanto, de los estudios de arquitectura, no cesan. En la actualidad se han añadido nuevos temas de importancia a nuestra hoja de ruta, entre los que destacan: la salud pública, políticas sensatas que regulan las fuentes y el consumo de energía, la equidad y la inclusión, el aumento de la población, la tendencia hacia un planeta mayoritariamente urbanizado y la seguridad hídrica y de los alimentos, todo ello bajo el paraguas indiscutible del cambio climático.

Así pues, el futuro ya está aquí. Los aspectos más importantes de nuestra formación en continua evolución deben implicar la colaboración, la acción interdisciplinaria, las nuevas investigaciones, la atención a las colaboraciones público-privadas, el tratamiento de la diversidad, el aprovechamiento de la globalización, promoviendo la pasión y el amor por la profesión.

Auditorio en el que se imparten estudios de arquitectura.

Estudiantes en el auditorio, Alvar Aalto University, Otaniemi, Finlandia, 1964, Alvar Aalto. Foto Dom Fou/Unsplash

Testigos expertos

En 2005 instauré la mesa redonda regional de decanos en el American Institute of Architects de Nueva York. El objetivo era mantener un debate anual sobre la evolución de los estudios de arquitectura. En un primer momento, los doce decanos se reunieron para mantener un debate moderado sobre cuestiones como la inclusión de la cultura no occidental en el plan de estudios de arquitectura, cómo responder y/o incorporar la nueva era digital y la paramétrica, el papel de los planes de estudios tradicionales frente a los progresistas, y diseñando para el 99%. Aunque en las primeras reuniones no había presencia de mujeres, dieciséis años después el 50% de los participantes lo son. Sin embargo, la diversidad racial no ha obtenido tan buenos resultados.

Al deliberar sobre el futuro de los estudios de arquitectura, solicité aportaciones de algunos decanos y de un colega algo más lejano, en Moscú. Todos fueron extremadamente generosos y sus reflexiones servirán para ampliar este debate sobre nuestro futuro.

Sarah Whiting, decana de la Graduate School of Design de Harvard University

El pasado mes de septiembre, los antiguos alumnos de la Escuela de Diseño de Harvard patrocinaron un programa de la cumbre mundial de diseño titulado Design Impact: Transformation at the Intersection of Climate Change, Equity and Health (El impacto del diseño: transformación en la intersección del cambio climático, la equidad y la salud), que reunió a un importante número de líderes mundiales, los cuales compartieron su trabajo y su visión, retándonos como comunidad global a utilizar el diseño como herramienta para un cambio y una sanación procesables y transformadores.

En una conversación posterior con la decana, me trasladó su preocupación sobre la equidad y la diversidad de género, nuestros sistemas de enseñanza y comunicación, las nuevas tecnologías y la orientación moral. De cara al futuro, ella opina que debemos comunicarnos más eficazmente con el público, tanto de forma visual como verbal y que debemos ser más proactivos en la práctica, con menos tecnología y más atención al ciclo de vida, además de ser más adeptos al reciclaje y la reutilización.

Eugene Asse, fundador y decano de MARCH Architecture

Esta es una de las tres nuevas escuelas de Moscú y su fundador, Eugene Asse, explica que «estará centrada en el diseño y formará a los arquitectos a través de la inmersión en el contexto social, cultural económico y político contemporáneo organizando proyectos interdisciplinarios con profesionales de diferentes ámbitos: arquitectos, ingenieros, sociólogos, diseñadores, artistas y directivos».

El decano realiza otra aportación: «El manifiesto de nuestra escuela declara: ‘MARCH fomenta el desarrollo de arquitectos sensibles, pensantes y responsables’. Estamos convencidos de que estas son las cualidades que debería poseer un arquitecto moderno y a menudo carecen de ellas. En ellas vemos tanto los fundamentos éticos como los prácticos de la profesión y las consideramos esenciales en la formación actual en arquitectura. En nuestra declaración, el verbo ‘fomentar el desarrollo’ también tiene su importancia, ya que determina la dirección de la educación: no tanto formar como ayudar a desarrollarse. Los conceptos que hemos mencionado se refieren a las cualidades humanas, no a las habilidades. Si las habilidades se pueden obtener a través de la formación, es necesario fomentar el desarrollo de las cualidades».

Robert Shibley, decano de la School of Architecture and Planning, State University of New York at Buffalo (UB)

El decano Shibley realizó la siguiente aportación: «En la actualidad, la profesión de arquitecto se esfuerza por ser relevante en muchas estructuras institucionales que la acogen o patrocinan. Desde el punto de vista académico, las escuelas de arquitectura tienden a subestimar o defender las prácticas de los mismos poderes económicos y políticos que están degradando gravemente el planeta, ofreciendo malos resultados en materia de salud y agravando los problemas de equidad. De este modo, los docentes aportan importantes críticas, pero poca ayuda necesaria para transformar esas prácticas. Desde el punto de vista académico, debemos aportar el interés y la paciencia para dirigirnos al gran número de partes interesadas que deben colaborar para lograr un entorno construido más equitativo y saludable. Algunos podrían argumentar, con razón, que ese no es el trabajo de un arquitecto. Muchos profesores de la UB y más a nivel mundial no están de acuerdo. En el futuro, los estudios de arquitectura contextualizarán las habilidades del arquitecto para que sean en gran medida locales a la par que globales, creando lugares donde prosperen las personas y la ecología. Abordarán de forma colaborativa los grandes retos, como la urbanización global, el cambio climático, la extinción de las especies, la resiliencia, la salud pública y nuestras aspiraciones para crear culturas de equidad e inclusión en nuestras instituciones y en el exterior, en los grandes centros de investigación».

Jóvenes arquitectos siguiendo sus estudios de arquitectura.

Los jóvenes arquitectos deben estar preparados para comunicarse con el público utilizando tanto herramientas tradicionales como digitales. Foto © Florencia Militano

¿Conclusión?

No es necesaria conclusión alguna para este debate abierto. Sin embargo, la integración e interconexión son esenciales para continuar avanzando. Las disciplinas del diseño, la arquitectura, el diseño urbano, el paisajismo, el diseño de las ciudades, el diseño medioambiental y la planificación urbana deben abordar temas transversales e integrarse con las ciencias y humanidades a las que sirven.

Como escribió Jan Gehl en su ensayo Close Encounters With Buildings (Encuentros cercanos con edificios): «Nos gustaría tener [edificios] y ciudades abiertos, versátiles, interesantes y seguros. El reto es incorporar los [grandes] edificios a las ciudades donde la gente tiene la misma pequeña estatura y el mismo ritmo lento que hace cientos de años».

Al preparar este debate, traté de cuantificar el número de programas de arquitectura que existen en la actualidad y conté casi 1.500 programas en todo el mundo. La forma en que cada escuela contextualiza el futuro de los estudios de arquitectura puede ser una buena base para un seminario a escala global.

Imagen principal: ”La arquitecta”, Georges Reverdy, ca. 1529-57, Metropolitan Museum of Art, The Elisha Whittelsey Collection, The Elisha Whittelsey Fund, 1964. Imagen via Wikimedia Commons